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Colegiata de Toro

Zamora

A las orillas del Duero

 Hermosos parajes y pueblos atestiguan su significativa historia

¿Por qué visitar Zamora?

Zamora es, tal vez, una de las provincias más desconocidas dentro de la geografía española, algo que tiene una parte positiva, ya que guarda entre sus rincones un gran número de sorpresas dignas de descubrir. Además, su baja densidad de población (una de las menores de España) permite desconectar al visitante totalmente de la gran ciudad.

La capital es una urbe pequeña, pero con mucho que ofrecer, como su Catedral, un castillo, museos, un gran número de iglesias románicas, palacios renacentistas, rutas de tapeo o su ya reconocida a nivel mundial Semana Santa. Pero su provincia no se queda atrás.

 

Caracterizada por el contraste de su territorio, se sitúa en el extremo noroccidental de la meseta central, en plena transición entre las llanuras de cereales de Tierra de Campos y el relieve montuoso de las comarcas más occidentales, que culminan en las cumbres de la Sierra de Sanabria.

Zamora se encuentra dividida por dos grandes ríos: el Duero y el Esla. Aunque también cuenta con una abundante red de ríos secundarios y un gran número de embalses.  Todo esto organizado en sus numerosas comarcas, como Sayago, una tierra relativamente llana y caracterizada por las aglomeraciones de peñascales graníticos que se asocian a encinares. El Duero fronterizo discurre por estas tierras, configurando los denominados Arribes del Duero, que constituyen un espacio natural de gran interés.

Por su parte, la Sierra de la Culebra, en Aliste, hace de límite septentrional y constituye un importante reducto de lobos que cuenta con una de las poblaciones más altas de la península. En esta zona también pueden encontrarse especies de diferentes animales salvajes, como ciervos, corzos o jabalíes.

Más conocida es la comarca de Sanabria, la más húmeda de la provincia. Varias sierras la separan de León y Orense, pero la que contiene los picos más elevados es la Segundera, donde se sitúa el Parque Natural del Lago de Sanabria, un espacio natural de gran belleza, característico de las zonas glaciares, cuya huella todavía se ve reflejada en la configuración de valles, lagunas y el propio lago, el más grande a nivel glaciar de España.

La Tierra de Campos, localizada en el sur, deja al desnudo las grandes llanuras de cereales que cerca del Duero dan su nombre a la comarca del Pan. Allí también se encuentran las lagunas de Villafáfila, que sirven como refugio de invernada a miles de aves y constituyen un humedal especialmente protegido.

Zamora también es tierra de tradición vinícola. Muestra de ello son las comarcas de Toro y Tierra del Vino, las cuales extienden sus tierras alrededor del Río Duero, cubiertas de viñedos. Esta región llega hasta la zona regada por el río Guareña, limitando con las provincias de Valladolid y Salamanca.

Esto es solo un breve aperitivo de todo lo que puede ofrecer la provincia zamorana. Dan ganas de visitarla, ¿verdad?

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