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  • Foto del escritorRaquel González

Fermoselle, capital de los Arribes del Duero en un paraje inigualable

Arribes de Fermoselle, por pingorotas berruecos, temblando el Tormes acuesta en tu cauce sus ensueños. Miguel de Unamuno

Fermoselle
Fermoselle

Musa de autores y poetas de la importancia de Don Miguel de Unamuno y cuna de personajes como Juan del Encina, Fermoselle se ha convertido en un enclave fundamental para disfrutar de la belleza de la zona de los Arribes del Duero.


Sus calles angostas y sinuosas en demasía ascienden con dificultad sobre el desnivel en el que se asientan y permiten apreciar unas vistas impresionantes del Duero en el preciso momento el que dibuja La Raya antes de perderse en Portugal buscando el Océano Atlántico.

Pero lo más bonito de la localidad zamorana no solo reside en sus alrededores, sino también en su interior, donde cuenta con un gran número de lugares que visitar.


Lugares de interés


1. Calles de la Villa


Para conocer bien Fermoselle, primero hay que recorrer sus interesantes calles, que responden a un trazado medieval. Y es que, el interior de la villa destaca por sus quebradas, estrechas y empinadas calzadas. Estas se deslizan entre edificios que han logrado mantener el sabor popular a lo largo de los años.


Calles de Fermoselle
Calles de Fermoselle

Los fermosellanos han construido sus casas en armonía con la naturaleza granítica del paisaje que, por su dureza y dificultad a la hora de excavar, se ha ido aprovechando la roca para que cumplan diferentes funciones dentro de las construcciones, siendo empleada en cimientos y cierres de tal forma que muchas de las edificaciones han quedado integradas en el granito.


2. Plaza Mayor, núcleo social de la Villa


Como es habitual en muchos de nuestros municipios, la Plaza Mayor es el punto cero de las visitas turísticas. En ella se encuentra el Ayuntamiento, la oficina de turismo y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, lo que le otorga un gran encanto, constituyendo el centro neurálgico y monumental del municipio.


Ayuntamiento de Fermoselle
Ayuntamiento de Fermoselle

En el mes de agosto, durante las fiestas de San Agustín, cuenta con una funcionalidad más, ya que los edificios que la rodean se convierten en pilares de le aplaza de toros donde terminan los encierros taurinos.


3. Castillo de Doña Urraca


Situado en pleno casco histórico, cercano a la Plaza Mayor, se construyó sobre los farallones para facilitar la defensa de la localidad. Las peñascas sobre las que se asienta son conocidas como las “Cachas del Culo” por su forma. Se pueden observar desde la CL-527, aunque su acceso es complicado, por su pendiente, los paredones y la vegetación.


El castillo se conoce bajo el nombre “de doña Urraca” por ser elegida por la princesa portuguesa, hija de Alfonso Enriques, líder de la independencia de Portugal, como lugar de retiro tras la anulación de su matrimonio del rey Fernando II de León. Esta construcción pertenecía hasta ese momento a la reina de León, ya que la Villa de Fermoselle fue entregada como dote durante el casamiento con el monarca leonés.



Vistas de Fermoselle
Vistas de Fermoselle

En realidad, se trata más de una fortaleza que un castillo y es considerado como el último bastión de los comuneros en Castilla y León. En el siglo XVI fue elegido por el obispo Antonio de Acuña como refugio, ganando importancia al inicio de la Guerra de las Comunidades y sirviendo como fuente de soldados para el bando sublevado contra Carlos I. Finalmente, el propio obispo fue apresado en el Castillo de Fermoselle por las tropas de Carlos I y llevado a Simancas, donde se le condenó a muerte. Tras la batalla de Villalar, los rebeldes fueron perseguidos a través de la provincia de Zamora por los hombres del emperador que intentaban huir a Portugal, convirtiéndose este edificio en el último amparo de los Comuneros antes de cruzar la frontera.


Terminada esta batalla, Carlos I ordenó la destrucción de la fortaleza. Aunque no se llegó a ejecutar completamente, sí desencadenó una serie de ataques sobre la muralla y el propio castillo que dejó ambas estructuras bastante maltrechas.


A pesar de que años después se realizaron numerosas obras de restauración, su lamentable estado provocó que en el siglo XIX la Diputación de Zamora diese permiso para que sus restos fueran aprovechados para la construcción de viviendas de la localidad, por lo que actualmente se pueden observar algunas piedras del antiguo castillo y la muralla en las fachadas de diferentes casas de la villa.


A pesar de su estado, sus ruinas todavía pueden visitarse, constituyendo un mirador único hacia el Duero y tierras portuguesas.


4. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción


Esta verdadera joya del Románico es una construcción con planta de cruz latina singular, cuyo origen se remonta al siglo XIII. A lo largo de los tiempos objeto de numerosas transformaciones y ampliaciones, conservando elementos y características de diferentes momentos históricos.





De su construcción original se conserva su muro sur y el hastial de granito. La primera remodelación fue en tiempos de los Reyes Católicos, introduciendo elementos góticos y renacentistas. Mientras que, de la obra románico-tardía también han subsistido sus dos portadas principales: la occidental y la meridional, de estilo transición románico-gótico. Por su parte, la torre del campanario, de cinco cuerpos, destaca por encima del caserío fermosellano y data del siglo XVI.


En su interior también se conservan un gran número de bienes muebles y retablos de interés singular. Durante el siglo XIX la parroquia tuvo que aportar diferentes bienes tras la espoliación francesa que llevaron a cabo soldados del ejército invasor de Napoleón. Aun así, guarda varios retablos barrocos, diversas esculturas de los siglos XIV y XVI, piezas de orfebrería y ornamentos sagrados.


5. Convento de San Francisco


En sus orígenes, en el siglo XII, se trataba de una iglesia de estilo románico, conocida como de San Juan Bautista. Posteriormente, se convirtió en ermita, hasta que fue quedando en ruinas.


En tiempos de Felipe IV, se convirtió en hospital y dos siglos después, pasó a ser convento de frailes franciscanos de la villa.


6. El Arco, antigua puerta de Fermoselle


Su sistema defensivo medieval se componía de un recinto amurallado del que apenas quedan restos más allá de su castillo, nombrado anteriormente.

El Arco de Fermoselle
El Arco de Fermoselle

Se trata de una puerta de arco agudo con corredor cubierto que conformaba la entrada a la antigua muralla. Hace muchos años debió de ser la entrada principal al municipio, ya que se cree que debía existir otra de menor importancia entrando desde Portugal.


Actualmente, se trata de un punto de unión entre varias calles que confluyen y se condensan en la conocida como Calle Abajo, que desemboca en la Plaza Mayor.


Sus miradores


Debido a su situación privilegiada, Fermoselle cuenta con varios miradores desde los cuales se pueden observar unas panorámicas inmejorables de la zona.

1. Mirador de El Torojón


Quizá es el más conocido y emblemático de la localidad. Desde allí es posible disfrutar de un solo vistazo del núcleo urbano y el paisaje de mayor valor del entorno natural que rodea al municipio.


Mirador de El Torojón
Mirador de El Torojón

Se compone de una pequeña explanada y dispone de dos entradas, siendo la más habitual la que sigue la calle peñas. El terreno no cuenta con barreras arquitectónicas y es totalmente accesible en silla de ruedas o con carritos de bebé.


El segundo acceso, con más encanto y de mayor originalidad, es por la calle Torrejón, con unas estrechas escaleras realizadas en un saliente de roca de granitos.


2. Mirador del Castillo


Situado en un terreno que cuenta con un jardín, aprovecha los restos que aún quedan de la fortaleza para ofrecer diferentes puntos desde los que se puede observar el río Duero separando las tierras de España y Portugal. Su entrada es a través de la calle Antonio Regojo, también conocida como la Cuesta del Castillo.


3. Mirador del Terraplén


Localizado en las inmediaciones de la Plaza Mayor, para llegar se debe adentrar en la estrecha calle Terraplén, llena de encanto. Esta solo es accesible a pie.


Vistas de Fermoselle
Vistas de Fermoselle


4. Mirador de Las Peñas


A él se accede a través de la calle del Corral de Concejo y ofrece una amplia panorámica de Fermoselle, con los paisajes de los Arribes del Tormes y el Duero al fondo.


5. Mirador de Los Barrancos


En el casco histórico de la localidad es posible ver algunos lugares como la plaza de toros o el barrio de Santa Colomba.


Fermoselle
Fermoselle

6. Mirador de Las Escaleras


Más alejado del municipio, a unos 3 kilómetros, para llegar a él hay que tomar el camino de Las Escaleras por la ermita de Santa Cruz, dejándola a un lado. Una vez en él, se puede admirar la inmensidad del curso del río Duero llenando el cauce de los Arribes.


Además de encontrar las ruinas de la antigua casa de los carabineros, uno de los puntos de vigilancia que se utilizaba antiguamente para detectar el fraude fiscal.


Fermoselle y sus alrededores


Si pasas por Fermoselle o te alojas en sus alrededores, no te puedes perder otra serie de enclaves cercanos al municipio y que destacan por su belleza y variedad. Podemos encontrar parajes naturales incomparables, pueblos repletos de encanto, tradiciones perdurables al paso del tiempo, castillos templarios…


Estos son solo algunos ejemplos:


  • Comarca de Sayago. La CL-527 coincide con histórica calzada de Zamora a Fermoselle, la cual atraviesa la comarca de Sayago a través de pueblos como Pereruela, Villar del Buey o Bermillo de Sayago. Además, deja a pocos kilómetros municipios como Torrefrades, origen del mítico Viriato. Otra opción (aunque no excluyente) es visitar otros pueblos de la zona de las Arribes, como Fariza o Formariz, que destacan por albergar las típicas construcciones de la comarca, cruceros, puentes o ermitas.

Fermoselle y sus alrededores
Fermoselle y sus alrededores

  • Pinilla de Fermoselle. En los dominios de este municipio, a tan solo 8 km. de Fermoselle, se encuentran algunos de los parajes más impresionantes de los Arribes del Duero, como el Gran Meandro o el mirador de la Peña del Cura.


  • Miranda do Douro. Ya en territorio luso, destaca por su historia, sus monumentos y por ser el núcleo comercial al que acuden regularmente turistas y gente de los alrededores. Es la sede del concejo de Miranda y comprende 17 freguesias (término usado en los países lusófonos para denominar a las organizaciones administrativas en las que se divide un municipio o concelho), en los que sus habitantes aún mantienen el único idioma o dialecto que convive en el país junto con el portugués: el Mirandés, que deriva de las antiguas lenguas del Reino de León. Además, en Miranda do Douro se puede realizar un crucero por los Arribes del Duero.


Fermoselle
Fermoselle

En definitiva, Fermoselle se ha convertido ya en uno de nuestros imprescindibles, no solo de la provincia zamorana, sino de todo el territorio español. Tanto las atracciones turísticas que ofrece el municipio, como el entorno que lo rodea, convierte su visita en una actividad necesaria para disfrutar una vez más del patrimonio natural y cultural que posee nuestra Comunidad.


Cómo llegar




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