La iglesia de San Miguel Arcángel, el tesoro románico de Sotosalbos
En esta pequeña localidad segoviana, situada a los pies de la Sierra de Guadarrama, todo está cuidado al detalle. Su encantadora iglesia...
Segovia, provincia de camino hacía Madrid, pero donde detenerse es descubrir a cada paso la combinación casi perfecta de naturaleza, historia, gastronomía y tradición.
La naturaleza se muestra vigorosa en la sierra con el perfil de “La Mujer Muerta” muy querida entre los segovianos por cuanto tiene de leyenda y de belleza en el horizonte, con sus hayedos, sabinares, encinas…sus cotas altas hasta la primavera teñidas de blanco por las nevadas invernales. La sierra de Ayllón, misteriosa y con gran encanto sobre todo en otoño cuando los colores ocres, amarillos, marrones…crean un paisaje intenso para cualquier pintor que quiera plasmar con su paleta de colores aquello que la mirada quiere retener.
Las Hoces del rio Duratón, con Sepúlveda como antesala de una tierra que parece abrirse en dos formando meandros horadados por el rio Duratón y donde habita una importante colonia de buitres aleonados que pueden verse sobrevolar el cañón en absoluta libertad.
Otro gran paisaje de la provincia es el que forma la Tierra de Pinares, una extensión inmensa de pinos que se extiende por la Comarca de Cuéllar junto al Valle del río Cega. La panorámica que ofrece Cuellar desde sus lomas es un manto verde de pinos prácticamente infinito, no en vano la comarca ha sabido sacar partido al pinar dando lugar a oficios como el de resinero, pezgueros, carpinteros…oficios que marcaron el modo de vida de unas gentes que supieron como nadie hacer sostenible el lugar en el vivían.
Emblemático el Acueducto pero no lo son menos sus castillos. Provincia de fortalezas por descubrir a través de sus rutas organizadas. Coca, Cuéllar, Turégano, Castilnovo, Pedraza y por supuesto el Alcázar en Segovia, todos ellos ofrecen vestigios muy bien conservados de la historia que les dotó de su robustez y defensa en tiempos de batallas y gestas de un medievo muy latente. Presente hoy en día en algunos pueblos segovianos junto al mudéjar, muy bien conservado en Cuéllar y Coca.
Tierra también de descanso para reyes. El Palacio Real de Riofrío, visitable y rodeado de una gran extensión de bosque de lo más diverso y El Real Sitio de la Granja de San Ildefonso, con su Real Fábrica de Cristales y su palacio que invitan a descubrir la ostentación que adornaba a la realeza no sólo en los palacios sino también en los jardines y las majestuosas fuentes que sólo dejan fluir su agua en ocasiones especiales pero cuyo espectáculo fluvial es pura magia.
Cuna de dulzaineros y folkloristas veladores de tradiciones donde las danzas las tonadas y trajes dan un valor añadido al bagaje cultural que procuran conservar y divulgar. Todo ello sumado a la exaltación de su gastronomía siendo gran protagonista el cochinillo, seguido por los embutidos de Cantimpalos, Judiones de la Granja y como postre el Ponche Segoviano y los Ladrillos de Cuéllar, todo ello dentro del distintivo “Tierra de Sabor” de Castilla y León.
En definitiva, Segovia…un deleite en todos los sentidos.