La Semana Santa es una época especial, marcada por muchos en el calendario. Son numerosos los preparativos que se realizan durante todo el año para que todo salga perfecto. Días antes de su llegada, miles de cofrades preparan sus hábitos, mientras que fieles, turistas y curiosos planean una escapada para no perderse los actos y procesiones que recorren las calles de nuestro país.
En Castilla y León tenemos la suerte de contar con algunas de las celebraciones más importantes de la península, lo que se demuestra con las ocho Semanas Santas de la Comunidad declaradas de Interés Turístico Internacional: Ávila, León, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora.
Silencio, pasión y solemnidad. Esas son las principales características que protagonizan los desfiles castellanoleoneses. Arte y devoción se dan la mano con procesiones de arraigo popular, donde grupos escultóricos de gran valor patrimonial invaden los calles de los municipios. Y es que, la Semana Santa es una forma de conocer cualquier rincón de la Comunidad de una forma distinta.
A continuación te proponemos 10 procesiones que no te puedes perder:
Ágreda (Soria)
Con una gran tradición a sus espaldas, se caracteriza porque la Cofradía de la Vera Cruz utiliza un traje del siglo XVII llamado “felicipecuarto”, al estar inspirado en la moda de la nobleza en la época de dicho monarca.
En la mañana del Viernes Santo, esta cofradía desfila por las calles del municipio siguiendo un protocolo secular. Se trasladan las imágenes a la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros para celebrar el Sermón de las Siete Palabras, durante el cual se produce el cambio de guardia de los soldados romanos que custodian el Calvario.
Astorga (León)
En la Semana Santa astorgana contrasta la solemnidad de sus celebraciones con una visión cercana de los misterios que procesionan por las calles de la ciudad leonesa. Entre todos los actos que tienen lugar en estos días, destaca la "carrera de San Juanín", durante la Procesión del Encuentro en la mañana del Viernes Santo. Se trata de un desfile eminentemente popular y que, a pesar de la hora de partida, está acompañada por multitud de cofrades y pueblo en general. Solo los cánticos religioso-populares y el sonido seco de los tambores rompen el silencio de la todavía fresca mañana de Viernes Santo astorgana.
Más tarde, el trascurrir de la procesión se ve sobresaltado por el griterío del pueblo, cuando San Juanín, a hombros de cuatro cofrades descendientes del tallador de la imagen, Francisco López, corre al encuentro de la Virgen Dolorosa para anunciarle la presencia de su hijo.
Aunque no se conoce el inicio exacto de esta tradición por la destrucción de parte de los archivos de la cofradía durante la Guerra de la Independencia, sí se tiene constancia de que ya se celebraba en 1786, por lo tanto es otra tradición peculiar y muy antigua que tiene lugar año tras año en la Semana Santa de Astorga.
Bercianos de Aliste (Zamora)
El Sermón del Descendimiento y la Procesión del Santo Entierro son los protagonistas del ritual del Viernes Santo en la Semana Santa de Bercianos de Aliste.
El visitante debe tener presente que la Semana Santa de esta localidad, de apenas 200 habitantes, no es como otras "Semanas Santas". Sobre las cuatro de la tarde, los cofrades, ataviados con sus túnicas blancas de lino, salen del templo hacia la plaza entonando el desgarrador Perdón Oh Dios Mío.
Una vez reunidos alrededor de las tallas de Cristo y la Virgen, el párroco inicia el Sermón del Descendimiento, un discurso único cada año que siempre finaliza con el mismo ritual: el desenclavamiento del Cristo, una talla articulada del siglo XIX que recogen los cofrades de Bercianos a los pies de la cruz. Se la presentan a su madre, la Virgen Dolorosa, y a continuación la introducen en la urna de cristal donde permanecerá hasta el siguiente Viernes Santo. Y así, con el Cristo Crucificado convertido en Yacente, se inicia la Procesión del Santo Entierro.
Está Semana Santa se encuentra protagonizada por una gran austeridad, una vivencia de la fe, y una fuerte voluntad de revivir y conservar las antiquísimas tradiciones.
Covarrubias (Burgos)
Al caer la noche de cada Viernes Santo, se realiza la escenificación viviente del Vía Crucis de Cristo, como si fueran figuras esculpidas en cuatro dimensiones. A lo largo de los rincones más bellos de la villa medieval, la procesión compuesta por nazarenos, la imaginería y el público caminan y observan con devoción las figuras inmóviles de los actores durante el tiempo que trascurre la misma. Un total de once pasos exteriores y tres en la excolegiata de San Cosme y San Damián representan la pasión de Jesús en un formato original, singular y único en España.
Organizado por el Centro de Iniciativas Turísticas de Covarrubias, en colaboración con el Ayuntamiento de Covarrubias, el verdadero protagonismo de esta procesión recae sobre los más de ochenta jóvenes actores vinculados al pueblo más un grupo de cincuenta voluntarios que coordinan y realizan labores técnicas, de vestuario, atrezo… Para que todo salga perfecto cada año.
Medina de Rioseco (Valladolid)
Sin duda, constituye una de las manifestaciones más importantes del panorama español, por la belleza de sus tallas, realizadas por los escultores más relevantes de los siglos XVI y XVII. Muestra de ello es su nombramiento de Interés de Turístico Internacional, título que comparte con 6 capitales de provincias castellanoleonesas y Medina del Campo.
Las primeras cofradías del municipio vallisoletano nacieron al amparo de los franciscanos en el convento de la localidad, durante el siglo XV. Las cofradías históricas de la Vera Cruz, la Quinta Angustia y Soledad y La pasión se refundaron en las dieciséis actuales, contando con un total de veinte pasos.
Las procesiones más multitudinarias son la del Mandato, el Jueves Santo, y la de La Soledad, un día después. En la primera son diez los conjuntos profesionales que toman las calles riosecanas. Las correspondientes cofradías los acompañan ataviadas por túnicas y capirotes de paño y terciopelo. Bajo los pasos desfilan los Tapetanes, tambores tocados por niños de escasa estatura, que con su toque anuncian el paso de las imágenes. Abriendo la procesión va El Pardal, que también toca a la salida de cada paso. Al finalizar la procesión y hasta altas horas de la madrugada, cada cofradía realiza la tradicional Cena, momento de confraternización con el resto de los hermanos.
Medina del Campo (Valladolid)
Cuenta con las procesiones de disciplina más antiguas de España gracias al dominico San Vicente Ferrer que en 1411 instituyó este tipo de procesiones, convirtiendo a la localidad vallisoletana en la primera que representó la Pasión de Cristo por sus calles.
Más de 3000 cofrades hacen posible las 17 procesiones que protagonizan su Semana Santa. Entre ellas, destaca la Procesión de los Faroles que, durante la noche del Jueves Santo, inunda de silencio la Plaza Mayor de la Humanidad. Este solo se rompe por el rumor de los pasos y el redoble de los tambores, mientras los cofrades alumbrados por faroles se contagian de la emotividad dominante en la plaza durante el canto conjunto del Miserere.
Navaluenga (Ávila)
La celebración de la Semana Santa en este municipio abulense se remonta al siglo XVII. Su procesión más conocida se produce el Jueves Santo, cuando dos cuadrillas de personas se retan en el canto de romances escritos por Lope de Vega. Los versos que conforman dichas composiciones son más de 300, publicados en 1614 en las Rimas Sacras. El reto consiste en recitarlos, sin equivocarse, lo más rápido, alto y de mejor manera.
Peñafiel (Valladolid)
"La Bajada del Ángel" en Peñafiel el Domingo de Resurrección es un momento emblemático, no solo en el ámbito local, sino a nivel nacional. Un acto religioso cargado de sentimiento, pasión y cultura. Simboliza la aparición de un ángel a la Virgen María para anunciarla la resurrección de su hijo tras tres días de su crucifixión.
Un acto que emociona y da comienzo con el repique de campanas y lanzamiento de cohetes. En ese momento la Virgen sale a la calle de la Iglesia de Santa María. Imagen del siglo XVII precedido de autoridades, banda de música solemne, y público. Comitiva que se dirige a la Plaza del Coso, donde la espera una multitud. Allí es colocada entre dos torreones, donde se la aparece un ángel, interpretado por un niño que baja de una especie de globo, el cual se abre y permite que el querubín quite el manto negro a la Virgen, entre sonoros aplausos del público presenta. Una gran emoción: la alegría como fin del dolor.
Ponferrada (León)
Muchos son los motivos que pueden sorprender al visitante durante la Semana Santa de Ponferrada, pero si hay uno de ellos que destaca por encima de todos es el de la existencia de un cofrade enlutado que, acompañado de chiquillos, anuncia con una campanilla por las calles la celebración de una procesión. Este personaje recibe el curioso nombre de “Lambrión chupacandiles”.
Además, al amanecer el Viernes Santo, grupos de cofrades de la Hermandad de Jesús Nazareno, conocidos como “corredores”, con su típica túnica negra, recorren la ciudad con clarines y timbales convocando a los hermanos para la procesión ponferradina más tradicional: la Procesión del Encuentro.
Toro (Zamora)
Cuenta con una Semana Santa nacida del pueblo, del sentimiento que las gentes expresaban en estas fechas, posteriormente encauzado por órdenes religiosas. Esto se refleja en la creación de las primeras cofradías bajo la protección de los conventos, siendo la primera del siglo XV, de la Orden de los Franciscanos. El primer acto conmovedor es "el Besamanos de Jesús" previo al Domingo de Ramos, un Vía Crucis ofrecido por la cofradía de Jesús que culmina con la bajada del Cristo, al que besan la mano derecha y hacen peticiones.
También destaca la Bendición de los Conqueros, acto muy emotivo que tiene lugar el Jueves Santo en el atrio de la iglesia-museo de Santa María y Santa Catalina de Roncesvalles. Los cofrades llamados conqueros o popularmente "cagalentejas" hacen juramento de silencio portando la conca típica para catar el vino, con la que piden limosna para la cofradía.