La provincia de Palencia se ve relacionada en muchas ocasiones con monumentos artísticos y, sobre todo, con personajes ilustres. Por estos motivos es una atracción para los turistas y casi un lugar de paso obligado.
A escasa distancia de la capital palentina nos encontramos con Fuentes de Valdepero, un municipio conocido, y más destacado en los últimos días, por albergar en su famoso castillo una colección de vestidos de la reina Isabel la Católica. Aunque no solo es conocido por eso sino también por toda la historia y monumentos que contiene en su interior, además de los simpáticos lugareños.
Nos adentramos en la historia de este pueblo para ver que el Conde Ansúrez, fundador de la ciudad de Valladolid, poseyó dicho paraje en el año 1095. Más tarde, pasaría a ser propiedad de los Castro. Años después, el rey Felipe II otorga a Pedro Enriquez de Acebedo, gobernador del Milanesado, el condado de Fuentes de Valdepero. Este, inspirado en su castillo, erige en la Valtellina el llamado “Fuerte de Fuentes”, una fortificación que jugaría un importante papel en la defensa de los estados españoles en Italia. A partir del siglo XVIII fue señorío de la Casa Ducal de Alba, con lo que aparece la villa en 1753. Un dato curioso es que Fuentes de Valdepero fue un asentamiento del hombre en el Paleolítico Inferior y Medio, hace aproximadamente 125.000 años.
Entre la riqueza artística de su patrimonio lo primero que llama la atención y que destaca por encima del resto es su castillo, el Castillo de los Sarmiento. Esta fortaleza data del siglo XV y hoy se ha convertido en Archivo Provincial de la Diputación de Palencia. Su historia está ligada a la familia Sarmiento. El comienzo de su construcción se sitúa entre 1442 y 1465, una cronología establecida gracias a las obras de rehabilitación. Asimismo, las fechas concuerdan con las inscripciones que aparecen en sendos escudos en el cubo sudeste junto con las armas de la familia Sarmiento. La cuantía pagada para la construcción del Castillo fue de en 2.326.875 maravedíes.
Este castillo sufrió el asedio de los Comuneros y permaneció en su poder hasta la derrota en la Batalla de Villalar. Más tarde, la fortaleza fue remodelada por orden de Andrés de Rivera, quien sin concluir las obras lo vendería a Diego de Acebedo. Durante años pasará por diversas manos, incluidas las de la Casa de Alba, hasta llegar al poder de la Diputación de Palencia en 1995. Gaspar Melchor de Jovellanos menciona en su obra “Diario” que es un “pueblo de doscientos vecinos”, y que “tiene un hermoso castillo con dos torres redondas, buenos merlones, una cortina y otras dos torres no acabadas”
Retrocedemos al siglo XIII para ver la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Antigua. Cuenta con una situación de privilegio al situarse en el centro del municipio, su zona más alta. Este templo es un bien de interés cultural al albergar en su interior un sinfín de obras que abarcan los siglos XII hasta el XVIII, entre las que destacan un retablo Neoclásico y otro Rococó del siglo XVIII y relieves atribuidos a Pedro de Ávila.
Merece la pena pasear por la larga calle Mayor para contemplar sus casas de piedra, entre las que llama la atención del turista una fachada del siglo XVII. Además, de poder ver algún escudo o blasón que recuerdan a tiempos medievales. A una distancia de unos tres kilómetros, junto a la carretera que da acceso a la autovía de Castilla, se encuentra la ermita de San Pedro, de estilo románico, construida con piedra de sillería a mediados del siglo XIII y recientemente reformada. Además, Fuentes de Valdepero cuenta con un museo dedicado a D. Teófilo Calzada. Fue edificado en el año 2000 y en él se muestran objetos personales del señor Calzada y su hija, todos ellos referidos a la cultura. Aquí también se pueden celebrar todo tipo de conferencias y exposiciones.
Un reclamo turístico, alejado del interés cultural, son sus fiestas. Las más conocidas son las fiestas patronales del 15 de mayo en honor a San Isidro Labrador y del 15 de agosto, en honor a Nuestra Señora de la Antigua. Aparte, celebran otras dos fiestas en septiembre y un mercado medieval. No podemos abandonar este pueblo sin aceptar una sugerencia de mesa y mantel y degustar uno de sus típicos quesos que también puede ser un suvenir para la familia.
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