Continuamos nuestra andadura por los pueblos vallisoletanos, con las imágenes que todos vosotros nos habéis ido enviando. ¡Todo a través de las redes sociales! Muchos de vosotros elegisteis vía Twitter, otros por correo y otros tanto vía Facebook. Sea como fuere, lo cierto es que hoy podemos seguir publicando todas y cada una de esas fotografías. Y os tenemos que dar las gracias por ello, porque hacéis que “Amigos de los pueblos” sea posible.
Y como creemos que lo más importante en vuestra sección es que encontréis todo de la manera más rápida y fácil posible, hemos decidido publicarlos por orden alfabético. ¡He aquí el ABC de los municipios vallisoletanos!
Con la E
Su nombre se debe al hecho de que en otros tiempos estuvo poblado de majestuosos bosques de encinas y que hoy vive a la vereda del Esgueva. El valle inicia su andadura por la provincia de Valladolid a lo largo de 56 kilómetros hasta la capital. ¿Lo tenéis? ¡Encinas de Esgueva!
Se ubica a los pies de su majestuoso castillo-palacio del siglo XIV y en su parte más alta, se encuentra la Iglesia de San Mamés. Es un edificio del siglo XV, con bóvedas de crucería y de medio punto. Sus fiestas más significativas son en honor a San Mamés y San Roque. También en los últimos años celebra el Santo Patrón de los Labradores.
Por un camino de tierra, a casi tres kilómetros, se sitúa el embalse de Encinas, uno de los tres que existen en la provincia. Una lámina de agua retenida con una gruesa pared de tierra cubierta de vegetación. Ahí se puede convertir un día cualquiera, en un maravilloso viaje en contacto con la naturaleza.
Con la F
Uno de los pueblos situado a mayor distancia de la capital, 73 kilómetros. Su nombre proviene de la cantidad de fresnos situados en la orilla del río Trabancos y su apellido de su antigüedad…¡Fresno el Viejo!
Pertenece a la Ruta del Mudéjar por su iglesia, románico-mudéjar del s.XII. Destacan las pinturas gótico lineales de entre los siglos XIII y XIV, que representan la vida de San Juan Bautista. Arquitectónicamente, conserva una de las iglesias más antiguas de estilo mudéjar, la de San Juan Bautista, declarada Monumento Nacional.
El Museo Etnográfico “De Antaño a Hogaño”, situado dentro de la Casa de Cultura, recoge aperos de labranza antiguos. La fiestas del pueblo son las que se celebran en honor de San Agustín. Fresno el Viejo celebra también San Blas y el Certamen Internacional de Folklor. La gastronomía típica de la zona ha permanecido en platos como la caldereta de lechazo, “la tranca”, un suculento plato a base de bacalao y dulces típicos como los bollos de aceite.
Con la M
Es una de las localidades que cuenta con mayor y mejor patrimonio histórico de la provincia de Valladolid. Poseedora de un buzón de correos muy peculiar, ya que es el primero del que se tiene constancia en España, del año 1973. Estamos hablando de… ¡Mayorga!
La Plaza de España alberga los edificios más significativos. El Ayuntamiento, un edificio de piedra rematado por un primer piso de ladrillo en cuyo centro se observa un escudo de la villa. Justo al lado de la casa consistorial, se levanta la Casa de Cachón, antiguo Palacio de los Pimentel. En otro de los laterales de la plaza se eleva, elegante, la Torre de El Salvador, del siglo XVIII. En el lado opuesto de la plaza está la Casa barroca del Conde Catres del siglo XVIII. La Calle Derecha es una de las principales vías de Mayorga. Ahí se encuentra el Centro Cívico “Modesto Lafuente” ubicado en la que fue casa de este y Pasaje de San Martín, donde está el Arco de piedra, resto de lo que fue la iglesia de San Martín. También se levanta el Convento de San Pedro Mártir y el Arco de la Muralla de estilo gótico-mudéjar de los siglos XV-XVI.
Digno de mencionar es el Rollo gótico de Justicia del siglo XVI. Es de cuerpo circular rematado con cuatro gárgolas que soportan una curiosa linterna que culmina el monumento. También la Iglesia de Santa María de Arbás, construcción del siglo XV declarada Monumento Histórico-Artístico. Otras construcciones, no menos importantes son: la Ermita de Santo Toribio en estilo neorrománico, la Iglesia de San Juan (siglo XV) y la de Santa Marina (siglo XV, mudéjar).
En el Parque Mirador se sitúa el río Cea, aún se conserva el antiguo puente sobre el río que está fechado en el año 1590. Para los amantes de la naturaleza y los animales está el “minizoo” de Parqueluz, situado a unos 12 kilómetros del casco histórico.
Mayorga también es conocida por su Fiesta de Interés Turístico Nacional, conocida como “El Vítor”, celebrada el 27 de septiembre. Otro acto a resaltar se celebra a finales del mes de julio es la “Trovada de Habaneras“, con una gran asistencia de público. Mayorga ofrece al visitante un amplio abanico de gastronomía, desde el tradicional lechazo, pasando por el exquisito pollo de corral y acabando por el pichón bravío.
Llamada la Ciudad de los Almirantes, ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico. Fue poblada por vacceos, celtas, romanos…Aunque su momento de mayor esplendor se produjo con el asentamiento de los Almirantes de Castilla en los s.XV, XVI y XVII. ¡Medina de Rioseco!
Destaca la Iglesia de Santa María, con la espectacular Capilla de los Benavente. Por otro lado, la Iglesia de Santiago y la iglesia de Santa Cruz, que acoge el Museo de Semana Santa.
El Museo de San Frascisco tiene su sede actual en la Iglesia de San Francisco. Dignos de mencionar también la iglesia de San Pedro Mártir; los Conventos de Santa Clara y de San José y el Santuario de Nuestra Señora de Castilviejo.
Las puertas de la antigua muralla (Arco de San Sebastián, Ajújar, y Zamora) y la antigua alhóndiga “El Torno” también tienen cabida en este municipio en el que se vive la emoción. El Canal de Castilla, es la gran obra de ingeniería hidráulica del s.XIX, constituye una ruta verde de incalculable valor histórico y medioambiental. Es hoy un gran reclamo turístico que comparte junto a la Semana Santa riosecana.
La Semana Santa de este municipio es una de las más sobrecogedoras expresiones de religiosidad popular. Por las calles de Medina de Rioseco discurren las procesiones que se viven y se sienten desde la solemnidad y las emociones. Una celebración que desde luego hay que verla, vivirla y sentirla.
Penúltimo pueblo, que nos encontramos en la provincia de Valladolid, aguas arriba por el río Cega, Lugar tranquilo, relajado y agradable por el aire tan puro y fresco que se respira bajo la sombra de la frondosa vegetación de ribera basada en choperas. Sin lugar a dudas, es… ¡Melgar de Abajo!
En el núcleo del municipio, destacan sus calles pequeñas, entrecortadas y quebradizas, que nos conducen a los dos principales edificios, las iglesias de San Juan y el Salvador. La primera merece ser mencionada su torre de ladrillo y el sorprendente retablo barroco del siglo XVIII. La segunda de las iglesias es más antigua, del siglo XVI; con retablo principal barroco y otros con distintas tallas entre las que destaca El Cristo del Amparo y Virgen del Castillo.
Las principales fiestas de Melgar de Abajo son la de Santa Isabel y San Juan Evangelista. En Semana Santa, el Viernes Santo sale la procesión de “El Entierro del Cristo”.
Disfrutar de Melgar de Abajo es sinónimo de probar algo típico de la zona, como es el vino que ofrecen las “Bodegas”, bien sean jóvenes como el clarete y el blanco, o más añejos como el tinto de barrica de roble. Esto, acompañado de un buen embutido de la fábrica local harán que Melgar de Abajo permanezca en nuestro paladar… y en nuestra memoria.
Con la N
Situado en las inmensas llanuras del sudoeste de la provincia, a unos 50 kilómetros de Valladolid, con importantes masas de pino y con un caserío noble construido en ladrillo y sillares de piedra en las esquinas con basamentos y cubierta de madera. Hablamos de…¡Nava del Rey!
La enorme torre de la Iglesia parroquial de los Santos Juanes es el edificio más sobresaliente, conocida también como la “Giralda de Castilla”. Es una construcción de los siglos XVI y XVIII, en estilo renacentista, aunque también se observa estilo gótico. En su interior se puede observar tres naves de gran altura separadas por pilares cilíndricos. Su retablo mayor es del siglo XVII. En él sobresale una escultura realizada por Gregorio Fernández. Otra de las obras de gran interés es el “Llanto sobre Cristo Muerto” así como el coro.
Otro de los edificios más significativos es la Ermita de la Vera Cruz, edificio barroco del siglo XVII, con espadaña. En su interior guarda diversos pasos de la Semana Santa como el “Jesús Nazareno” o el “Ecce Homo”. La Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, ubicada sobre un pequeño otero a un kilómetro al norte de la localidad, construida en el siglo XVI, en estilo gótico, aunque tiene añadidos barrocos.
El edificio del Ayuntamiento es un sobrio edificio del siglo XVIII de estilo barroco. Hay que reseñar también el Convento de las Hermanas Capuchinas de los Sagrados Corazones, el antiguo Convento de los Padres Agustinos y el Hospital de San Miguel.
Con la P
Municipio que tiene una merecida fama provincial por ser uno de los pueblos con mayor producción y comercio de ganado porcino. Por ese motivo, se les conocía como “los marraneros”. Además, cuenta con un bien de interés cultural que es el Palacio de los Cuadrillero. Nos encontramos en…¡Palazuelo de Vedija!
Sus principales monumentos se concentran en la Plaza Mayor, donde se ubican la Iglesia de Nuestra Señora de Barruelo y el Palacio de los Cuadrillero. Esta primera te atrapa con solo mirarla, por el bellísimo Sagrado Corazón que culmina su torre. Es un edificio del siglo XVII, realizado en tapial, mampostería y ladrillo, con bóveda de arista en la nave principal y de cañón con lunetos en los brazos del crucero, en el que se levanta la cúpula.
El otro edificio destacado es el Palacio de los Cuadrillero, sede actual del Ayuntamiento. El palacio, que ha dado nombre al pueblo, ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Palazuelo de Vedija ostenta una de las fiestas con mayor atractivo turístico de la comarca, “la vaca enmaromada”. Se desarrolla durante las fiestas de San Mauricio, donde miles de personas se acercan para ver este espectáculo año tras año. Pero Palazuelo puede presumir de tener otras dos fiestas tradicionales: la de San Roque, que viene celebrándose al mismo tiempo con una semana cultural, y la Fiesta de la Matanza donde se degustan los productos típicos de la matanza.
Situado a 56 kilómetros de Valladolid, su edificio más característico es su castillo, considerado como una de las fortificaciones más bellas de la época medieval en España. Además, hoy en día aloja el Museo Provincial del Vino de Valladolid. El nombre de Peñafiel nos traslada automáticamente al mundo del vino. Pero, contiene muchos más atractivos.
Peñafiel también se caracteriza por sus fiestas y tradiciones. La Bajada del Ángel el Domingo de Resurrección está considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Se festeja en la Plaza del Coso, conocida como “El Corro”, una plaza urbana medieval en la que se celebran numerosas festividades. Además, del 13 al 18 de agosto se conmemoran las Fiestas de Nuestra Señora y San Roque. Proclamadas de Interés Turístico Regional, destacan por sus curiosos encierros, las capeas con dos toros a la vez y el popular Chúndara, versión para charanga del pasodoble La Entrada de Quintín Esquembre.
Ya significativo desde su fundación en 1013, Peñafiel albergó un gran número de edificios civiles y religiosos de gran importancia. Por eso actualmente cuenta con edificios y sitios históricos protegidos como bien de Interés Cultural, como los ya mentados Plaza del Coso y su castillo o la Torre del Reloj y la Iglesia del Convento de San Pablo. Hoy en día, el municipio vallisoletano es un museo al aire libre. Desprende historia, cultura, arte y gastronomía en cualquier época del año.
Localidad situada a unos 25 kilómetros de Valladolid que se ha convertido por derecho propio en el mejor mirador posible de todo el Valle del Hornija, debido a su ubicación en uno de los límites del páramo de los Montes Torozos. Hablamos de…¡Peñaflor de Hornija!
Con más de catorce siglos de existencia, el municipio es ya un pueblo con solera dentro del contexto, y donde se dice (los restos lo atestiguan) que hubo una muralla, allá por el siglo XIV. Se pueden observar varias casas con escudos, como la del Conde de Peñaflor, del siglo XVI. El edificio más importante es la Iglesia de Santa María, del siglo XIII y realizada toda ella en piedra. Es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con fajones, mientras que la capilla mayor tiene bóveda de crucería con terceletes. En el interior, se encuentra un retablo neoclásico del siglo XIX, así como dos retablos barrocos del siglo XVII, otro ubicado en el altar mayor, del siglo XVIII, y una tabla pintada del XVI dentro de la sacristía.
En el centro del pueblo, se ubica otra iglesia del siglo XIII, aunque solo sus muros permanecen en pie. A las afueras del pueblo se encuentra la Ermita del Cristo de las Eras, del siglo XVI. Un Cristo de gran altura se ubica en el centro del retablo mayor que es del siglo XVIII.
Es este Cristo a quien los vecinos de Peñaflor de Hornija honran en sus fiestas principales. Las calles se llenan de color y alegría, motivado en gran medida por las verbenas, los encierros y la hoguera de medianoche.
Peñaflor de Hornija se encuentra dentro del itinerario que conforma el Camino de Santiago madrileño. Un lugar de paso, sin lugar a dudas, digno de visitar.
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