Castrillo de Duero es un pueblo que puede pasar inadvertido, pese a encontrarse en la comarca más turística de la provincia. Situado en plena Ribera de Duero, cercano a la turística Peñafiel, el municipio se empapa de la tradición vitícola que dibuja el paisaje de estas tierras. Pero Castrillo es algo más que su tierra y su comarca. Tiene una identidad propia.
Castrillo de Duero, que posee el título de ser el pueblo más oriental de la provincia de Valladolid, cuenta con numerosos atractivos, entre ellos el de contar con el monte más alto de toda la provincia y ser el lugar de nacimiento de una de las figuras más representativas de la historia moderna de España, Juan Martín “el Empecinado”. Su mote proviene de las aguas del arroyo Botijas que surca el valle donde se erige esta singular localidad.
En este municipio viven los empecinados, no por ser paisanos obstinadas y cabezotas. Su gentilicio tiene el origen en el arroyo Botijas que trascurre por el pueblo, y que contiene altos contenidos de pecina, ese cieno o barro que se desarrolla en algunos arroyuelos. Esta denominación se transmitió al vecino más ilustre de la localidad, Juan Martín Díez “el Empecinado” , figura histórica de la Guerra de la Independencia que al mando de las legendarias guerrillas se enfrentó a los franceses invasores.
Tan inspiradora figura, que llegó a ser retratada por Goya y que inspiró a Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, tiene su humilde tributo en las calles del pueblo. En la Plaza del Ayuntamiento se levanta una estatua en su honor, y en las antiguas escuelas de la localidad se ha ubicado un Centro de Interpretación del Empecinado, donde se repasa su figura, así como recreaciones de armas y vestuarios de la época. Se conserva además la casa donde nació, señalada con una placa en su honor.
Respecto al patrimonio artístico, el edificio más representativo es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, situada en el centro del pueblo y elevada por encima del pueblo dominando la villa. El templo construido en piedra tiene orígenes románicos del siglo XII, del cual se conserva su portada. El resto de la iglesia corresponde al siglo XVII.
Las calles de esta villa de la Ribera de Duero están salpicadas de casonas de piedra del siglo XVII y XVIII decoradas con imponentes blasones que señalan las familias que habitaban sus muros. Destaca la casa blasonada de los Bocos, actualmente en estado de abandono. También en sus calles se percibe la historia antigua de la localidad, con un puente romano sobre el arroyo Botijas y dos fuentes la de Santa María y la de Santa Marta, cada una situada en su respectiva plaza.
Si sobran energías y el tiempo ayuda, es recomendable practicar el senderismo por las rutas que dirigen a los páramos cercanos a Castrillo, en ellos se ubican los dos puntos más elevados de la provincia. No son un 8000, ni siquiera un 2000, son un 930. Hablamos del pico Cuchillejo, que compite en pocos metros con el pico Robleñada. Desde los techos de la provincia se divisa en el horizonte la Sierra de Guadarrama, que separa Castilla y León de Madrid.
Puntos de interés
Horarios Centro de Interpretación del Empecinado: con cita previa: sábados de 16,30 a 19 hs. y domingos de 12,30 a 15 hs.
Ruta senderismo pico Cuchillejo (pincha aquí)
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