Pequeño pueblo situado a 61 kilómetros de Valladolid. En un pequeño altozano, desde el que se divisa la vista del municipio, se ubican los escasos restos del antiguo gran castillo que existió hace más de nueve siglos.
1. Su elemento más llamativo, se encuentra situado en la Plaza Mayor. El denominado “Rollo” es una obra gótica del siglo XV, compuesto por una base de siete escalones y tres cuerpos bien diferenciados. El primero de ellos es hexagonal rematado con un relieve de bolas; el segundo con forma cilíndrica culminado con una especie de gárgolas y, el tercero, con forma de cono con bolas a su alrededor y una gran bola que cierra la construcción. Constituye el símbolo de feudalismo y vasallaje y testimonio del rango de villa que hoy en día mantiene.
2. La Iglesia de San Andrés forma, junto al mencionado Rollo, un conjunto de gran armonía y belleza en la Plaza Mayor. Es un edificio gótico -mudéjar del siglo XIV realizado en mampostería y ladrillo con una cabecera poligonal y con bóveda de crecería gótica. Podemos destacar su portada principal, de estilo cordobés enmarcada por un alfiz adovelado. En el interior, su retablo mayor neoclásico y una pila bautismal decorada con flores de lis en relieve, forman las notas de color.
3. La Iglesia de Santa María, de estilo gótico y realizada en el siglo XVI, es otra de las construcciones de interés en Aguilar de Campos. Se cimienta a base de ladrillos con tres naves cubiertas con techos de madera y donde destaca un imponente crucifijo de 1.75 m. Su interior es completado por numerosos retablos e imágenes de los siglos XV al XVIII.
4. Desde el “Mirador de Castilla” se puede admirar una impresionante vista de 180 grados sobre la Tierra de Campos con varias decenas de kilómetros alrededor. En este lugar, se levanta la estampa de un molino al estilo manchego, del siglo XII perteneciente a monjes.
5. La Ermita de la Virgen de las Fuentes, templo franciscano hasta la desamortización. Es del siglo XVII, de ladrillo, con una nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y cúpula vaída en el presbiterio. Tiene dos espadañas de ladrillo y en el interior resalta su púlpito rococó con yeserías de la segunda mitad del siglo XVIII, el retablo del siglo XVIII y un sagrario del siglo XVII.
6. La Virgen que da nombre a la Ermita es la que agrupa el centro de interés de las dos grandes fiestas que celebran. Por un lado, el día de San Isidro, el 15 de mayo, cuando es llevada desde la ermita a la iglesia. El último domingo de septiembre es devuelta a su lugar habitual.