Entre los ríos Odra y Pisuerga se extiende una comarca llena de sorpresas y de pueblos de piedra que dejan entrever el recuerdo de sus glorias pasadas. Las doradas piedras de sus iglesias, verdaderas catedrales, son el testimonio más evidente de unos tiempos en los que el comercio de la lana, el cereal y el vino colocaron a estas tierras entre las más prósperas de Castilla. Hoy te proponemos una vuelta al siglo XVI a través de cinco templos que te dejarán con la boca abierta y con ganas de conocerlos en directo.
1ª Parada: Melgar de Fernamental. La más grande
Dicen orgullosos en Melgar de Fernamental, desde la orilla izquierda del Pisuerga, que su templo de la Asunción es el más grande de toda la archidiócesis burgalesa (tras la catedral, claro). No lo sabemos a ciencia cierta, puesto que hay notables competidores, pero no les falta razón: el edificio tiene dimensiones y proporciones catedralicias.
Sería a mediados del XVI cuando el maestro Juan de Escarza da las trazas de esta iglesia monumental de tres naves, en planta de salón. Esta tipología la veremos en varios templos de esta comarca, y se caracteriza por presentar todas las bóvedas de las distintas naves a la misma altura. En la parroquial de Melgar, la construcción comenzó a ejecutarse por la cabecera, todavía con elementos góticos y bóvedas de crucería, mientras que las naves ya se desarrollan de acuerdo al gusto renacentista, con columnas cilíndricas sobre las que apoyan bóvedas de arista con adornos geométricos en yeso.
"Dicen orgullosos en Melgar de Fernamental que su templo de la Asunción es el más grande de toda la archidiócesis burgalesa"
El interior alberga numerosos elementos de interés: un retablo mayor del último romanismo, varios sepulcros, órgano, sillería coral y un grupo escultórico de la Adoración de los Reyes Magos.
2ª Parada: Olmillos de Sasamón. El templo de los conversos
Remontando la antigua N-120 en dirección Burgos, aparece a la izquierda un castillo tras el que asoma un airoso campanario herreriano coronado por un cupulín. Olmillos fue el centro de operaciones de los Cartagena, familia de judíos conversos. El fundador de la dinastía, Salomón ha-Leví, rabino mayor de Burgos, llegaría a ser con el tiempo arzobispo de la diócesis burgalesa con el nombre de Pablo de Santa María tras un insólito proceso de ascenso social.
Con estos antecedentes, no sorprende que la iglesia de la Asunción nos deje sin aliento tras cruzar el umbral de su puerta renacentista. El exterior es sobrio y firme como el cercano castillo, pero sus tres naves ofrecen una inusitada sensación de amplitud y altura: de los seis pilares cilíndricos centrales parten los nervios de sus bóvedas, en cuyas claves podemos admirar medallones y florones netamente clasicistas.
El contenido mueble no se queda atrás. Destacaremos el retablo mayor, romanista, organizado en cuatro cuerpos y cinco calles, obra de Juan de Pobes y Juan de los Helgueros del segundo cuarto del XVII. Los relieves, de temática mariana, se encajan entre columnas entorchadas y se acompañan de tallas de apóstoles, evangelistas y santos, destacando la imagen de la titular, del siglo XV y procedente de la iglesia primitiva.
3ª Parada: Villaveta y el oficio de Gil de Hontañón
En el camino a Villaveta desde Olmillos tendremos oportunidad de admirar las potentes fábricas de los templos de Villasandino y Villasilos, que dejaremos para otra ocasión al no encontrarse dentro del Programa de Apertura de Monumentos. Sin embargo, desde hace buen rato habremos visto emerger en la lejanía, en un leve altozano sobre la llanura, la iglesia objetivo de nuestra siguiente parada.
Sorprende que en un caserío hoy tan menguado como el de Villaveta, población dependiente del cercano Castrojeriz, pueda existir un edificio de estas características. Pero no sorprende tanto si conocemos su historia: Villaveta estuvo en la órbita de los Velasco, los todopoderosos Condestables de Castilla, que cedieron su palacio para la construcción del templo, empleándose también la piedra de las dos iglesias existentes hasta entonces en el lugar: Santiago y San Esteban.
El templo de la Inmaculada contó con el arquitecto más sobresaliente del momento: Rodrigo Gil de Hontañón. Pedro de Hinestrosa y Alonso de la Peña llevaron sus planos a la realidad durante el segundo cuarto del siglo XVI. El interior sintetiza dos tipologías que casan aquí a la perfección: planta de salón y planta centralizada, cubiertas con airosas bóvedas nervadas que apean sobre seis pilares cilíndricos, dos de ellos exentos.
El retablo mayor ya es posterior, barroco, en madera policromada y sobredorada. Incorpora un valioso sagrario debido a la gubia del célebre Gregorio Fernández.
4ª Parada: Castrojeriz. Villa caminera
Castrojeriz es la localidad más destacada de estos contornos cubiertos de cereal y girasol. Es una población alargada, muy alargada, tendida a ambos lados de una ruta jacobea que atraviesa su casco urbano de punta a punta, precisamente desde la Colegiata de Santa María del Manzano hasta la iglesia de San Juan, los dos templos que vamos a conocer. Pero Castrojeriz guarda otros muchos atractivos monumentales: un castillo visitable y bien consolidado desde el que observar extensas panorámicas, la iglesia de Santo Domingo con sus tapices flamencos, el convento extramuros de Santa Clara y notables casonas blasonadas. No nos extrañará que la localidad haya pasado a formar parte de la lista de "Los pueblos más bonitos de España".
El Manzano es prácticamente un barrio independiente de Castrojeriz. A la entrada desde Burgos nos sorprende la mole pétrea de la antigua colegiata de Nuestra Señora del Manzano, un templo de origen protogótico con reformas de los siglos XV y XVIII. Sobre construcciones anteriores, esta iglesia se levanta a partir de 1214 bajo el patrocinio de Doña Berenguela, madre de Fernando III el Santo.
Posee tres naves, separadas por pilares cuadrados a los que se adosan columnas que soportan los arcos de las bóvedas. Éstas, de crucería, serían cerradas en el siglo XV. En época posterior se añadirían el coro y la torre, de sobrio perfil. Destacan al exterior las portadas, de arquivoltas apuntadas. Sobre la de los pies se sitúa un bello rosetón con vidrieras alemanas donadas por el cardenal Íñigo López de Mendoza a finales del XV.
En el interior destacan sus retablos (el mayor con lienzos de Antón Rafael Mengs y Mariano Salvador Maella), los sepulcros de sus patronos, los condes de Castro, y el de la reina Leonor de Aragón. Pero la joya que centra todas las miradas es sin duda la imagen de Nuestra Señora del Manzano, del siglo XIII. Cinco cantigas le dedicó Alfonso X del Sabio.
La iglesia de San Juan, en el extremo opuesto de Castrojeriz, hunde sus cimientos en el siglo XIII. De esta época conserva los primeros cuerpos de su torre, culminada en cuatro pináculos de porte goticista. También a esta primera etapa corresponde la construcción del ábside, del primer gótico, y el claustro, de arcadas apuntadas sobre columnas pareadas y algo posterior, del XIV.
La nave se renovó por completo en el siglo XVI, ejecutándose de nueva planta con sus tres naves cubiertas por bóvedas nervadas a la misma altura sobre pilares fasciculados sin capitel, y capillas laterales. Destaca entre su patrimonio mueble un retablo mayor barroco y los sepulcros de Juan González Gallo o Diego de Mújica.
Finalizamos aquí nuestra ruta por las tierras burgalesas entre el Odra y el Pisuerga. Te adjuntamos el mapa de la misma para que te animes a hacerla.
Rutas del programa
Te recordamos que la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, ha puesto en marcha el Programa de Apertura de monumentos 2023, estructurado en diecisiete programas temáticos que te estamos desgranando mediante rutas a lo largo de estas semanas estivales.
El horario de los monumentos, entre los que se incluyen las iglesias de Melgar de Fernamental, Olmillos de Sasamón, Villaveta y Castrojeriz aquí descritas, es de 11:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas, salvo lunes, hasta el próximo 10 de septiembre.
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