Pocos lugares conmemoran tanto la vida de Juana I de Castilla como Tordesillas. Su ya tradicional escenificación de la llegada de la Reina “Loca” a la villa de Tordesillas, que utiliza como escenario los principales lugares del casco histórico del municipio, se ha ganado un hueco, bien merecido, en el calendario cultural de la provincia.
Fue en el año 1509, cuando la reina Juana I de Castilla acompañando el féretro de su esposo, Felipe el Hermoso, de camino a Granada, se detiene en Tordesillas. Sería una parada que se convertiría en el resto de su vida. En el desaparecido castillo-palacio de la villa residirá la Reina hasta su muerte en 1555. 46 años de su vida los pasaría encerrada en este lugar, un momento que marcaría no solo su existencia, sino el futuro de la nación.
Debido a las voces (especialmente de Castilla) que pedían a la Reina que retomara sus obligaciones y que nadie podía usurpar su derecho al trono, su padre, Fernando El Católico, decide su paso por la localidad con la finalidad de dejar encerrada a su hija en el Palacio Real.
Este acontecimiento, de tanta relevancia en la Historia de España, hoy significa un momento único para visitar la villa de Tordesillas y ver en todo su plenitud el privilegiado decorado que a la Reina Juana del presente se le ha preparado. La actividad, organizada por el Centro de Iniciativas Turísticas de Tordesillas, saca a las calles a más de 200 vecinos, que vestidos de época, conmemoran uno de los mayores orgullos históricos de su ciudad, que dicho de paso no son pocos.
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