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  • Foto del escritorRebeca Díez

Alcazarén, belleza resultante de la mezcla de los estilos románico y mudéjar

El municipio vallisoletano de Alcazarén, cuyo nombre de origen árabe significa "los dos alcázares”, conjuga historia, naturaleza y tradición a partes iguales en un entorno privilegiado. Por el sur y el oeste del municipio discurre el río Eresma mientras que al noreste se levanta una pequeña meseta por la que fluye el río Cega, lo que hace que la localidad esté rodeada de la increíble naturaleza a la que nos tiene acostumbrados la comarca de Tierra de Pinares, a la cual pertenece.


Iglesia de San Pedro de Alcazarén.
Iglesia de San Pedro de Alcazarén. Foto: EnPueblo.

En su término municipal, además, finaliza la etapa que parte de Coca del Camino de Santiago de Madrid y es por ello que el municipio cuenta con un albergue. Descubrir este municipio, más allá de conocer sus monumentos, implica dejarte llevar por sus calles que, inevitablemente, te llevan a la Plaza Mayor donde la Casa Consistorial confiere a este entorno del carácter civil que tiene su contrapunto religioso en la imponente presencia de la iglesia de Santiago Apóstol.


Casa Consistorial de Alcazarén.
Casa Consistorial de Alcazarén. Foto: EnPueblo.

Qué ver de Alcazarén

El edificio de la Casa Consistorial, construido en el primer cuarto del siglo XVIII, alberga un maravilloso pórtico en galería baja y galería en la planta noble. Esta edificación, junto con la Casa Consistorial de Íscar que fue derribada, eran las dos construcciones de este estilo en la provincia y uno de los pocos edificios consistoriales del período 1650-1750. Alcazarén puede presumir también de contar con algunos de los restos románico-mudéjares más interesantes del sur de Valladolid, que se pueden datar en el siglo XIII.


El primero de ellos es la iglesia de Santiago Apóstol, que fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de monumento en 1997. A pesar de que únicamente el ábside y un pequeño fragmento del presbiterio de la iglesia es lo que se conserva de estilo, su belleza y buen estado actual le confiere un importante interés dentro del mudéjar de Valladolid. Las sucesivas ampliaciones y reformas del templo en los siglos XVII y XVIII han ido transformando los estilos empleados en cada época, siendo en la actualidad el barroco de las últimas intervenciones históricas el que predomina sobre los demás.


Iglesia de Santiago Apóstol de Alcazarén.
Iglesia de Santiago Apóstol de Alcazarén. Foto: EnPueblo.

En el interior del templo destacan, tras el retablo principal del ábside, unas pinturas góticas de finales del siglo XIII que ocupan todo el perímetro semicircular del recinto y están dispuestas desde el arranque de la cúpula hacia abajo.


Pinturas góticas tras el ábside de la iglesia.
Pinturas góticas tras el ábside de la iglesia. Foto: EnPueblo.

Adosada a la cabecera por el lado del evangelio se construyó una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen y que tiene acceso directo desde el presbiterio del templo. La verdadera originalidad de la decoración reside en las figuras de músicos que forman los estípites animados. La factura eminentemente popular de la talla, a lo que contribuyen los contrastados colores de la policromía, hacen de las yeserías de Alcazarén algo verdaderamente inusual.


Interior de la capilla dedicada a la Virgen del Carmen.
Interior de la capilla dedicada a la Virgen del Carmen. Foto: EnPueblo.

El otro punto de gran interés de Alcazarén es la iglesia de San Pedro, uno de los más monumentos medievales más importantes de la provincia de Valladolid dada su originalidad y dimensiones. A pesar de que permaneció en ruinas durante muchos años, tras un proceso de restauración se conservó el ábside y la torre y actualmente alberga actos culturales. Su ábside presenta al exterior tres cuerpos de arquerías apuntadas de ladrillo sin alineación vertical, lo que le destaca de otros templos del mismo estilo. Como curiosidad, en el Parque temático Mudéjar de Olmedo se puede ver una maqueta a escala de este templo.


Interior de la iglesia de San Pedro de Alcazarén.
Interior de la iglesia de San Pedro de Alcazarén. Foto: EnPueblo.

Tras conocer sus dos iglesias, otra de las paradas obligatorias es la ermita del Cristo del Humilladero, que destaca por sus grandes proporciones. Es del siglo XVIII y estilo barroco aunque con materiales que nos recuerdan el estilo mudéjar tan habitual en esta zona.


Ermita del Cristo del Humilladero de Alcazarén.
Ermita del Cristo del Humilladero de Alcazarén. Foto: EnPueblo.

Pero sobre todo, Alcazarén destaca por los habitantes que velan por la magnífica herencia patrimonial e histórica de esta pequeña localidad vallisoletana, que como tantas otras de nuestra región sufre una pérdida de población año tras año ante la falta de una verdadera apuesta por el medio rural por parte de las administraciones.




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