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  • Foto del escritorRaquel González

La Virgen del Castro vuelve a las calles en busca de lluvia

Cuando el agua escasea y los campos la necesitan, los devotos de la Virgen del Castro salen en romería y le ruegan que la lluvia caiga sobre sus tierras.



Una tradición que se remonta al año 879 y que muestra una imagen espectacular gracias a los pendones de los más de cincuenta pueblos participantes.


¿Cuál es su origen?


A mediados del siglo XVI, Santo Toribio se encontraba exiliado en Palencia. Sus fieles deciden acudir a él para que vuelva a la sede episcopal en la Diócesis de Astorga, hecho al que se niega hasta que una gran sequía asola los campos de cultivo de la zona. Entonces, el santo obispo responde al llamamiento de sus seguidores y acude al pueblo de Castrotierra para sacar en procesión la imagen de la Virgen desde el santuario hasta la catedral, ofreciéndole allí una novena de oraciones rogando la ansiada lluvia.


“Volved a Astorga, buscad no lejos de ella la milagrosa imagen de la Virgen de Castro, llevadla en procesión a la catedral y tened allí en su honor un solemnísimo novenario. Si tal hiciereis, la lluvia fecundará vuestros campos, y siempre que os encontréis en apuros de sequía, peste u otra calamidad, acudid a la Virgen y seréis remediados".



¿Cómo es su recorrido?


La romería comienza en el Santuario dedicado a la Virgen del Castro, enclavado en un otero que domina amplias panorámicas de las vegas de los ríos Peces y Duerna, y se extiende hasta la catedral de Astorga. Nueve días después (este año, ocho, ya que salió el sábado en lugar del viernes, como suele ser habitual), se traslada en sentido inverso, poniendo punto y final en la localidad de Castrotierra de la Valduerna, perteneciente al municipio de Riego de la Vega. El trazado también se denomina “Calzada del Obispo” y coincide en parte con la Vía de la Plata.




Un viaje de ida y vuelta


Una vez que la Virgen llega al que será su hogar durante nueve jornadas, se suceden los actos religiosos, como una novena a la Virgen o la recepción de las visitas de Valdería, Valdueran, Órbigo, Ribera, La Bañeza y comarca, Maragatería, Astorga, Vega, Sequeda y Cepeda.

El domingo siguiente la imagen vuelve a su lugar de origen donde, tras una misa, los miles de participantes en la romería aprovechan para realizar una comida en la campa que se sitúa alrededor de la iglesia.



Los pendones, elemento fundamental


En el traslado de la Virgen del Castro, no podía faltar la compañía de los “pendones”, verdaderas enseñas tradicionales centenarias, singulares estandartes de toda la provincia leonesa, de amplias dimensiones y confeccionados con paños de seda (de damasco o terciopelo). De colores y estampados diversos, estos elementos llenan de alegría y luminosidad el camino de 17 kilómetros que realizan los peregrinos.


Antiguamente fueron usados como bandera, estandarte o insignia de la milicia, con el fin de distinguir los regimientos, batallones, etc. Las guerras medievales no contaban con ejércitos organizados y el rey, los nobles y eclesiásticos o los concejos formaban las “mesnadas”, tropas que servían temporalmente. Se puede deducir que los actuales pendones leoneses descienden directamente de aquellos pendones usados en las mesnadas medievales en la Guerra de la Reconquista, debido a que los documentos más antiguos sobre los pendones datan de esta época.



Con el fin de las cruzadas y las guerras, los pendones perdieron su connotación militar y pasaron a ser un símbolo civil. Además, se les instala una cruz metálica en el extremo superior, convirtiéndose en elementos religiosos y reduciendo su función a encabezar las procesiones y celebraciones religiosas de la localidad.


En la actualidad, se está produciendo un resurgimiento de los pendones, con numerosas actuaciones de restauración y conservación de sus telas y varas. En esta romería, presentan a cada una de las múltiples localidades que tienen el privilegio de contar con tales divisas y, rodeados por las personas de cada pueblo, los cuales se van turnando su porte, procesionan en línea, delante del paso de la Virgen, que cierra la procesión.



El orden de los pendones se encuentra establecido tradicionalmente y esta peregrinación supone todo un espectáculo de color, tradición y luz en manos de los leoneses. También existen las “pendonetas”, pendones de pequeñas dimensiones, que suelen ir delante de los de mayor tamaño.


¿La romería se realiza todos los años?


El deseo de la salida de la Virgen crea sentimientos encontrados. Por un lado, es un acto que llama la atención cada año de más personas, lo cual se puede observar en su afluencia, debido a su vistosidad y fervor. Pero, por otro, esta peregrinación significa la falta de agua sobre los campos de la comarca.



Aun así, tradicionalmente se celebraba, más o menos, cada siete años, aunque terminó realizándose cada vez que se considera necesario, debido a la sequía. Los procuradores de la Tierra deciden, por votación mayoritaria, el momento en que la Virgen va de peregrinación hasta Astorga para recibir culto solemne. Esta decisión democrática de los pueblos más afectados por las sequías recibe el nombre de “votar la Virgen”.


La salida debe ser en mayo, aunque el regreso puede coincidir también con el mes de junio. En esta ocasión, no se celebraba desde 2017, ya que en 2019 estaba prevista su salida de nuevo, pero se suspendió por el fallecimiento del Obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez.


Algo más que una tradición


En definitiva, la romería de la Virgen del Castro conlleva un gran arraigo popular, que se puede observar en especial a su llegada a la Catedral, donde los más devotos no pueden ocultar su emoción y sus lágrimas.



Además, en los últimos años, ha adquirido un fuerte atractivo turístico, no solo a nivel local, sino también en el ámbito regional. Tanto es así, que cada vez es mayor la afluencia de personas de diferentes lugares y el interés que despierta este gran evento a nivel popular y religioso.

Y la Virgen siempre cumple. Este año, los participantes en la vuelta de Astorga a Castrotierra fueron testigos de ello, ya que, durante varias fases del trayecto la lluvia hizo acto de presencia. A pesar del tiempo cambiante, los miles de romeros que decidieron acompañar a la Virgen disfrutaron de una tradición que sigue pasando de generación en generación y que llena de color, música y alegría la provincia leonesa.


La ruta











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