Castilla y León es una región con una riqueza histórica y cultural muy amplia y diversa pero además, y por fortuna, la riqueza natural también es uno de los grandes atractivos de nuestra Comunidad Autónoma. La gran mayoría de veces no hace falta alejarse mucho del entorno urbano para encontrar lugares y recorridos con encanto.
Así ocurre con el Paseo Fluvial de Arévalo -también conocido como ‘Cinturón Verde’- que recorre parte de la ribera de los ríos Adaja y Arevalillo que se unen en las proximidades del Castillo de la capital de La Moraña. Constituye un recorrido que invita a disfrutar de la flora y fauna características de la zona y a conocer, desde otro punto de vista, el rico patrimonio histórico de Arévalo.
El Paseo Fluvial cuenta con varios accesos pero iniciaremos nuestra ruta en la plaza de Ángela Muñoz para bajar por las cuestas de Foronda que nos llevan al molino Don Álvaro de Luna. Este edificio rehabilitado, patrimonio histórico e hidráulico, es actualmente sede del proyecto Life Duero, tras la firma de un convenio entre la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y el Ayuntamiento de Arévalo.
En sus inmediaciones podremos disfrutar del paraje conocido como La Pesquera o La Isla, antes de continuar el agradable paseo por el sendero que discurre encajonado entre la ribera y las verticales cuestas de Foronda.
Según avanzamos podemos observar, desde un lugar privilegiado, las impresionantes torres de las iglesias de San Martín y de Santa María ubicadas en la plaza de la Villa, además de restos de la antigua muralla y la zona del mirador del Adaja. A lo lejos se divisa también el Castillo, así como el puente nuevo del Cementerio (construido en los años 70 del siglo XX) ante el estado de ruina parcial en el que se encontraba el puente de Valladolid, uno de los monumentos de mayor valor patrimonial de Arévalo.
Aunque de origen romano, se trata de una histórica construcción medieval del siglo XIV, de estilo gótico mudéjar. Merece la pena detenerse a observar todos los detalles de cada uno de sus siete arcos y comprender la historia que albergan sus 110 metros de longitud.
Este histórico puente es uno de los trece puentes con los que actualmente cuenta el término municipal de Arévalo, algunos de los cuales se pueden conocer a lo largo de este paseo. Pasando el punto conocido como la Junta, ya que las aguas del río Arevalillo se unen a las del Adaja, bordearemos el castillo hasta llegar al puente de Medina, representativo del arte mudéjar, y cuyas dimensiones impresionan.
El Arco de Medina, al pie de este puente, fue levantado como arco conmemorativo en el año 1769. Precisamente, el conjunto formado por el Puente y Arco de Medina y la iglesia de San Miguel tiene declaración BIC. Unos metros más adelante nos toparemos con el puente de los Barros, más pequeño pero también representativo del mudéjar civil arevalense datado en el siglo Xll.
El recorrido por el Paseo Fluvial nos permite también observar de cerca la presa y las ruinas del molino de Valdeláguila más conocido como Valencia o Quemado.
Una vez llegamos al puente de los Lobos nos espera la subida hacia la calle de los Lobos para finalizar este Paseo Fluvial que fue llevado a cabo por el Ayuntamiento de Arévalo gracias al proyecto del arevalense Francisco Durán. A lo largo de todo el recorrido, además, podemos descubrir obras del escultor Juan Jesús Villaverde que hacen de este entorno un lugar que merece ser conocido y protegido.
Un paseo que brinda la oportunidad de conocer el elevado valor patrimonial, cultural, histórico y natural de Arévalo. Durante este recorrido, que durará el tiempo que cada uno necesite y quiera que dure, el silencio únicamente se verá interrumpido por el sonido de los pájaros y del agua de los ríos.
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