top of page
  • Foto del escritorJorge Urdiales

El tío Alfredo de ruta con Delibes: Mojados

“¿Qué les pasa a las cigüeñas de Castilla? Ocurre con ellas un doble y curioso fenómeno: cada vez vienen menos pero cada año madrugan más. Ya no aguardan a San Blas como hacían antaño: “Por San Blas la cigüeña verás”. A mediados de diciembre he visto dos pares en los campanarios del pueblo vallisoletano de Mojados, en la carretera de Madrid. La primera pareja en la iglesia de Santa María y la segunda en la torre de San Juan”.


Mojados
Mojados. Foto: Jorge Urdiales

Se preguntaba esto Delibes hace unos cuantos años, y unos cuántos más. Mi tío Alfredo ya no se lo pregunta porque la excepción se ha hecho regla. Cuando llega a España el poco frío que nos queda, las cigüeñas suelen permanecer por los campos de Castilla. Hace tiempo que no respetan sus calendarios ya que el calendario general está también trastocado. La reflexión de Miguel Delibes que citaba antes cayó en la página 63 de El último coto con fecha 18 de diciembre de 1987.


Entonces, todavía cabía sorprenderse. Ahora, la cigüeña nos acompaña por más tiempo, para alegría de vecinos y forasteros. Nuestra cigüeña, la ciconia ciconia, la cigüeña común, la blanca, alegra con su crotar matinal el silencio de los pueblos castellanos. “Ya anda tocando las castañuelas”, me decía mi tío Alfredo a la vuelta de Mojados, uno de los pueblos de la ruta 4 de las Rutas de Delibes. Con los años Alfredo se ha vuelto precavido y viajó hasta Mojados antes de que subieran las temperaturas. En coche, desde Madrid, se encuentra uno con el pueblo en medio de la carretera de Valladolid. Alfredo conoce ese recorrido porque por Mojados se llega a su pueblo, Castrillo Tejeriego. Tras la última recta larga (viniendo desde Madrid), una leve pendiente, curva muy suave y extendida a la derecha, otra similar a la izquierda y un cartel grande que dice “Recio” anuncia las primeras casas de Mojados.


Ruta Delibes Mojados
Delibes en Mojados. Foto: Jorge Urdiales

El tío Alfredo, al llegar al pueblo, se sentó en un banco de piedra extramuros de la iglesia a leer qué se dice en la información de las rutas sobre la palabra rural que asocian a este pueblo: el hachón, que lo conocía y había usado cuando era pequeño. Si Delibes habló de las cigüeñas en Mojados, en el tejado de la iglesia, los de las rutas han escrito sobre los hachones, en el suelo del templo. Los hachones, esas velas altas que se ponían antiguamente en los hacheros y se llevaban a la iglesia cuando moría un familiar, hoy ya no se usan. Mi tío Alfredo ha visto últimamente algunos hacheros en algún corral. Los pobres hacheros no han pasado ni siquiera a la categoría de elementos decorativos como sí les ha pasado a los trillos.


Alfredo se dio un buen paseo por las iglesias de San Juan y Santa María, la ermita del Cristo del Humilladero, la fuente del caño, la ermita de Nuestra Señora de Luguillas, la Casa del Conde Patilla… Un mojadero (es el gentilicio de los de Mojados) le dijo que las fiestas son ahora en junio por San Antonio y luego en octubre por la Virgen del Rosario. Y le insistió en el arte mudéjar de las iglesias, poco habitual en Castilla.


Jorge Urdiales en Mojados.

Me pide mi tío Alfredo que acabe este artículo con el cocido castellano que se pidieron él y los tres amigos (la verdad es que uno era yo, de ahí la foto) que le acompañaban en el restaurante Cossío. Como fueron un martes, pudieron pedir la especialidad del día, que era el citado cocido. Me cuenta que comieron los cuatro todo lo que quisieron y que todavía podría haberse venido el propio Delibes a comer con ellos. En fin, habrá que acercarse este verano por Mojados, darse un chapuzón en el río Cega o en la piscina municipal, contemplar las cigüeñas, visitar alguna de sus iglesias o ermitas y comer donde Cossío a lo grande, a lo ancho y a lo largo, como se hace en Castilla.

bottom of page