top of page
Foto del escritorRaquel González

5 bosques para disfrutar de los colores del otoño en Castilla y León

El otoño es una época que llena de color los rincones de nuestra Comunidad. A eso ayuda también que Castilla y León sea rica en espacios naturales y puntos donde poder observar, disfrutar y relajarse durante esta estación.


Lugares en los que se puede observar la rendición de la hoja, rendida en su vejez y que un buen día decide dejarse caerse y cubrir los suelos de mantos necesarios para el desarrollo del suelo y así aumentar la belleza de los bosques, montes y riberas que podemos recorrer a lo largo de la geografía castellanoleonesa.



El Faedo de Ciñera (León)


Muy próximo a Ciñera de Gordón se localiza el Faedo de Ciñera, un hayedo mágico, que cuenta con varios reconocimientos. Por ejemplo, en el año 2007 recibió el premio de Bosque Mejor Cuidado de España. Incluso cuenta con una página web y una asociación que vela por él, con más de 300 socios: Adelfa.


Cada visitante puede encontrar el duende que posee este precioso bosque en cualquiera de sus rincones. Por ejemplo, junto a Fugus, un haya con nombre propio y una edad que ronda los 500 años. Un ser vivo tan especial que está incluido entre los 100 árboles elegidos en el libro “Árboles, leyendas vivas”.


El Faedo de Ciñera. Fuente: ILeón
El Faedo de Ciñera. Fuente: ILeón

A través de una sencilla y didáctica ruta que parte de la localidad de Ciñera de Gordón, se pueden recorrer las interioridades del bosque, pasar junto a Fagus, atravesar las hoces del Villar y alcanzar el municipio de Villar del Puerto, siguiendo el trascurso que realizaron durante décadas los mineros que vivían en Villar y bajaban a trabajar a las minas que rodeaban Ciñera de Gordón.


El paseo hasta el bosque, de unos dos kilómetros sin apenas desnivel, pasa antes por la “bocamina 50”, el inicio de una antigua galería reconvertida en homenaje a los mineros. Además, junto a la famosa Fagus, se localiza un panel que recoge el cuento de la bruja Fagus y los carbones de Ciñera. Para conocerla, solo tienes que acercarte hasta allí y disfrutar de un entorno único.



El bosque de Madroñal (Salamanca)


Si existe un árbol que destaca en los bosques de la Sierra de Francia es el castañar que, junto a los hayedos, son los que mejor lucen los colores del otoño. Entre las localidades de Cepeda, Madroñal y La Herguijuela se puede realizar un paseo circular señalizado como PRSA-20, aunque en algunos tramos coincide con la señalización del sendero local PRSA-13 y, en un corto tramo en torno al puente medieval, con la del GR-10.


Bosque de Madroñal. Fuente: La Gaceta
Bosque de Madroñal. Fuente: La Gaceta de Salamanca

Esta ruta tiene una longitud de unos 6,5 kilómetros, pero resulta un poco más larga si se accede hasta los cascos urbanos de Cepeda y Herguijuela. Su arranque, con principio y fin en Madroñal, debe buscarse en las puertas de la cooperativa del mismo nombre. Desde ahí, entre huertos, se alcanza el fondo de un valle que destaca por la abundancia de madroños. Un poco más adelante se encuentra el denso castañar que media entre este punto y el puente medieval que protege el arroyo de San Pedro, a las puertas de Cepeda.


En este punto ya dejamos a tu elección si sumergirte en esta localidad y Herguijuela. Debes desandar el camino y tomar el ramal de la derecha, pero merece la pena.


La Cascada de las Pisas (Burgos)


Este rincón tan impresionante del noroeste burgalés muestra en el otoño su mejor momento. El acercamiento hasta este rincón, hundido en pleno corazón del valle de Valdebezana, debe hacerse a través de Soncillo.


Desde este municipio, arranca el ramal de carretera que conduce hasta San Cibrían y los dos barrios de Villabáscones de Bezana, tres núcleos rurales cuya arquitectura, tradicional y pura, contrasta con los aires de Soncillo.


Cascada de las Pisas. Fuente: Las Merindades
Cascada de las Pisas. Fuente: Las Merindades

Medio kilómetros después de dejar atrás San Cibrián, ya podemos encontrar unos carteles con las primeras indicaciones para llegar hasta la cascada. Sin embargo, se llega mejor hasta este salto de agua prosiguiendo por la carretera y tomando su ramal izquierdo en una inmediata bifurcación para partir a pie hacia él desde el barrio de debajo de Villabáscones.


Desde este lugar el camino es más largo, pero merece la pena porque permite disfrutar durante más tiempo del grandioso hayedo por el que transita en su totalidad este paseo tan fácil de hacer y, a su vez, tan digno de visitar. Se encuentra señalizado y parte del trazado coincide con el del sendero GR.85.


Valporquero (León)


Unos metros antes del aparcamiento que da acceso a las Cuevas de Valporquero, se encuentra un bonito camino que se interna hacia los hayedos circundantes. El paseo no está señalizado, pero puede convertirse en una gran opción para completar una bella jornada de bosque y cuevas y a su vez descubrir el siempre espectacular entorno del río Torío y sus valles aledaños.


Valporquero en otoño. Fuente: Revista Oxígeno
Valporquero en otoño. Fuente: Revista Oxígeno

Si se comienza por el bosque, os recomendamos dejar el coche en el aparcamiento nombrado anteriormente para luego desandar, por la misma carretera, unos doscientos metros cuesta arriba. El paseo invita a deambular sin rumbo por las espesuras hasta que el tiempo se agote o el apetito de umbrías y colores se sacie.


El bosque se extiende sobre las laderas calizas de la hoya, al fondo de la cual se abre una oscura y húmeda boca de una cueva, la cual ciega hasta tal punto que son muy pocos los visitantes que se detienen a disfrutar de las asombrosas vistas que brinda el mirador (el cual sí está señalizado), unos metros por encima del barrio de Valporquero de Torío.


El castañar de Hermisende (Zamora)


La Ruta de los castaños y prados de Hermisende conforma un paseo circular que discurre entre alguno de los sotos con castaños más antiguos y monumentales de toda Sanabria, en la provincia de Zamora. Además, este municipio es el mayor productor de castañas de Sanabria y algunos de sus castaños parecen sacados de verdaderos cuentos.


Castañar de Hermisende
Castañar de Hermisende

El camino comienza en el aparcamiento situado junto a la iglesia de Santa María de Hermisende, un templo barroco con perfiles gallegos construido en 1774. Este tan solo es el inicio de un recorrido circular de 8 kilómetros con inicio y final en el mismo pueblo, que puede hacerse en unas tres horas. Se encuentra señalizado con flechas amarillas, aunque lo mejor es contar con un mapa o un GPS.





Comments


bottom of page