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  • Foto del escritorRebeca Díez

Descubre dónde se encuentran los castillos zamoranos más emblemáticos

Castilla y León es, sin lugar a dudas, tierra de castillos. Para disfrutar de la espectacularidad de estas fortalezas puedes desplazarte hasta Valladolid, la provincia con mayor número de castillos mejor conservados, o también a la provincia de Ávila que atesora numerosos castillos y fortalezas dignos de admirar. Al igual que en estas dos provincias, por referencias históricas y vestigios arqueológicos hoy conocemos que muchos municipios de Palencia contaron con este tipo de fortalezas. Además, una de las formas de descubrir la historia de la provincia de León es a través de los castillos y fortalezas que se encuentran en su territorio. Pero hoy viajaremos hasta la provincia de Zamora para conocer los castillos y fortalezas más relevantes que debes visitar.


Vista general del castillo de Villalonso.
Vista general del castillo de Villalonso. Foto: EnPueblo.

¿Te animas a conocerlos?

 

Castillo de Villalonso


El monumento más destacado de Villalonso y que hoy podemos observar es el resultado de la reconstrucción realizada en el siglo XV sobre otro anterior perteneciente a la Orden de Calatrava. La obra de reedificación fue realizada por la familia Ulloa siguiendo los cánones de la Escuela de Valladolid, que presentan otras fortalezas cercanas, como la de Tiedra, Torrelobatón o la de Villavellid (esta última en ruinas). Así, sus paredes se levantan en piedra de sillería y las esquinas se rematan con cubos, contando también con los típicos matacanes apoyados sobre base cilíndrica.


Castillo de Villalonso.
Castillo de Villalonso. Foto: EnPueblo.

La familia Ulloa tuvo la mala fortuna de posicionarse con el bando perdedor en las guerras venideras, al aliarse con Juana de Castilla, «la Beltraneja», en la Guerra de Sucesión Castellana, y más tarde con los Comuneros. Pero, pese a esto, la familia no perdió la titularidad de este castillo, algo que quedó marcado para la eternidad con la imprenta en piedra de los escudos de armas de la familia sobre la puerta de entrada.

En cuanto a su historia moderna, En el siglo XX la fortaleza era propiedad de la duquesa de Osuna, y durante los años setenta sirvió de escenario a más de una película de ambiente medieval, como fue la titulada Robin y Marian (1976) que contaba con las estrellas hollywoodienses Sean Connery y Audrey Hepburn. Tras esto, durante un largo periodo, el recinto estuvo cerrado hasta que en 2006 comenzaron las obras de remodelación y arqueología con la intervención de la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León, obras que finalizaron en 2011.


Castillo de Doña Urraca de Fermoselle

Situado en pleno casco histórico, cercano a la Plaza Mayor, se construyó sobre los farallones para facilitar la defensa de la localidad. Las peñascas sobre las que se asienta son conocidas como las “Cachas del Culo” por su forma. Se pueden observar desde la CL-527, aunque su acceso es complicado, por su pendiente, los paredones y la vegetación.


El castillo se conoce bajo el nombre “de doña Urraca” por ser elegida por la princesa portuguesa, hija de Alfonso Enriques, líder de la independencia de Portugal, como lugar de retiro tras la anulación de su matrimonio del rey Fernando II de León. Esta construcción pertenecía hasta ese momento a la reina de León, ya que la Villa de Fermoselle fue entregada como dote durante el casamiento con el monarca leonés. En realidad, se trata más de una fortaleza que un castillo y es considerado como el último bastión de los comuneros en Castilla y León. En el siglo XVI fue elegido por el obispo Antonio de Acuña como refugio, ganando importancia al inicio de la Guerra de las Comunidades y sirviendo como fuente de soldados para el bando sublevado contra Carlos I. Finalmente, el propio obispo fue apresado en el Castillo de Fermoselle por las tropas de Carlos I y llevado a Simancas, donde se le condenó a muerte. Tras la batalla de Villalar, los rebeldes fueron perseguidos a través de la provincia de Zamora por los hombres del emperador que intentaban huir a Portugal, convirtiéndose este edificio en el último amparo de los Comuneros antes de cruzar la frontera.



Terminada esta batalla, Carlos I ordenó la destrucción de la fortaleza. Aunque no se llegó a ejecutar completamente, sí desencadenó una serie de ataques sobre la muralla y el propio castillo que dejó ambas estructuras bastante maltrechas. A pesar de que años después se realizaron numerosas obras de restauración, su lamentable estado provocó que en el siglo XIX la Diputación de Zamora diese permiso para que sus restos fueran aprovechados para la construcción de viviendas de la localidad, por lo que actualmente se pueden observar algunas piedras del antiguo castillo y la muralla en las fachadas de diferentes casas de la villa.

A pesar de su estado, sus ruinas todavía pueden visitarse, constituyendo un mirador único hacia el Duero y tierras portuguesas.


Castillo del Asmesnal


El castillo de Asmesnal es una fortaleza de estilo gótico perteneciente al municipio zamorano de Alfaraz, dentro de la comarca de Sayago. El castillo de Asmesnal jugó un importante papel durante el siglo XV en las guerras de Portugal y, probablemente, participó en el devenir histórico del Reino de León en una etapa anterior, desde el siglo XII. Los pocos restos conservados, principalmente la torre del homenaje, pertenecen al estereotipo de castillo señorial del siglo XV.


Castillo del Asmesnal.
Castillo del Asmesnal. Foto: EnPueblo.

De propiedad privada, su estado actual es de ruina, encontrándose en la Lista Roja del Patrimonio desde 2008. Sin embargo, la belleza del entorno y la abundancia de nidos de cigüeñas en su interior, hacen de este lugar un sitio de visita para turistas y amantes de la historia.


Ruinas del castillo de Castrotorafe

Esta fortificación militar se sitúa en el despoblado del mismo nombre, perteneciente a San Cebrián de Castro, en plena comarca zamorana de la Tierra del Pan, sobre un escarpe junto al río Esla. Lo que lo convierte en un enclave perfecto para disfrutar de una preciosa panorámica del embalse de Ricobayo y sus alrededores. Su localización se encuentra señalizada en la carretera y, bajo propiedad de la Diputación de Zamora, es de visita libre.

El conjunto contaba antiguamente con un foso, del que aún quedan restos, y se situaba sobre una pequeña elevación. Está constituido por dos recintos en forma de trapecio irregular. La parte exterior es de mampostería con cubos en los ángulos, dos de cuales aparecen reformados para la instalación de artillería. En sus muros se abrían dos puertas, una para acceder a la villa y otra para llegar al puente. En cuanto al recinto interior, su planta se asemeja a la del exterior, con dos torres en e lienzo sur, obra en sillarejo, más cuidada que el resto de los muros. Aunque el espacio interior se encuentra totalmente en ruinas.


Castillo de Castrotorafe.
Castillo de Castrotorafe. Foto: EnPueblo.

Oficialmente, se encuentra en ruina progresiva. No se ha intervenido en la consolidación de las murallas hasta 2009. La imprevisión en las primeras labores de desescombro y en la apertura de un canal de desagüe han causado el derrumbe casi total de uno de los cubos defensivos.


Alcázar de Toro

Las huellas dejadas por los romanos, visigodos y musulmanes son escasas, y la ciudad que hoy conocemos no empezó a formarse hasta la repoblación del Valle del Duero, que trajo habitantes de diferente procedencia, desde mozárabes a mudéjares, como gentes venida del norte de la península.


Alcázar de Toro.
Alcázar de Toro. Foto: EnPueblo.

Esta etapa se observa en su patrimonio en las edificaciones más antiguas, como el alcázar que domina el valle de Duero desde lo alto de la loma sobre la que se asienta el casco antiguo del pueblo. Y es que esta situación privilegiada no es por casualidad, pues Toro ocupaba una posición estratégica en la frontera entre cristianos y musulmanes. Motivo este, de que la ciudad se convirtiera en un relevante bastión y que creciera rápidamente durante toda la Edad Media.

Castillo de los Condes de Benavente en Puebla de Sanabria

Construido a mediados del siglo XV por don Rodrigo Alonso de Pimentel y doña María Pacheco (IV Condes de Benavente) ocupa una posición privilegiada sobre un promontorio. rocoso protegido por tres cauces fluviales. Se trata de un castillo-fortaleza construido en sillería de granito con un recinto amurallado de planta cuadrangular y una torre central, la Torre del Homenaje o como popularmente se la conoce “El Macho”.



En la parte Norte del recinto amurallado se encuentra el Centro de Visitantes en la “Casa del Gobernador” así como la Oficina Municipal de Turismo. En la Torre del Homenaje se encuentra el Centro de las Fortificaciones, donde de forma amena se ofrece información de la historia del castillo, de la villa y de las fortalezas de la provincia. En el ala Este del recinto amurallado se encuentra la Casa de Cultura. Consta de tres salas; en la planta sótano se encuentra el Salón de Actos, en la planta baja la Biblioteca Municipal y en la primera planta la Sala de Exposiciones.


Torre del Caracol o Castillo de la Mota de Benavente

La Torre del Caracol es lo que queda del que fue el inmenso y lujoso castillo, Palacio de la Mota, residencia de Juan Alonso de Pimentel, Conde de Benavente. El castillo fue construido en el siglo XII, aunque la torre es de principios del siglo XVI para armería del castillo; éste fue destruido durante la guerra de la Independencia, y la torre, que se mantuvo en pie, fue rehabilitada en 1953 adosándole una nueva construcción que alberga en la actualidad el Parador de Turismo de Benavente.


Torre del Caracol de Benavente.
Torre del Caracol de Benavente. Foto: EnPueblo.

La torre presenta una mezcla de estilos gótico y renacentista. En la fachada se pueden apreciar los escudos de la familia Pimentel y otros motivos decorativos.


Castillo de Peñausende

La fortaleza defensiva se sitúa sobre una imponente peña a 872 metros sobre el nivel del mar, a cuya falda surgió la localidad de Peñausende. Del castillo existe una descripción del año 1528, que fue efectuada por una delegación de visitadores santiaguistas.


Castillo de Peñausende.
Castillo de Peñausende. Foto: Hispania Nostra.

Actualmente sólo se conservan varios metros de lienzo de muralla defensiva, la base de alguno de los cubos o torreones desde los que se diversificaba el ángulo de defensa y una cavidad cuyo uso podría haber sido el de aljibe o mazmorra. La observación desde la cima hace intuir al visitante la existencia de restos de una segunda muralla defensiva, diluida entre la maraña de paredes –muros secos- que delimitan las fincas privadas adyacentes, estas últimas denominadas cortinas y cortinos por los peñausendinos.


Castillo de Granucillo

Se estima que fue edificado con anterioridad a 1446 por miembros de la familia Escobar, señores de la localidad. Posteriormente éstos lo vendieron a los Pimentel, Condes de Benavente, a mediados del siglo XV.


Castillo de Granucillo.
Castillo de Granucillo. Foto: Turismo Castilla y León.

De este castillo, hoy en ruinas, se conservan los muros exteriores de mampostería, que definen una planta cuadrangular y un vano central en el muro oeste con un arco de medio punto cuyo dovelaje y jambas son de sillería. El muro conserva en parte el almenado y una fila de saeteras. También puede verse el arranque de la torre de homenaje.


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