Raquel González
19 de abr de 20142 min.
Actualizado: 11 de mar de 2021
Se cree que esta tradición tiene sus orígenes en los Autos Sacramentales del Medievo y algunos documentos que se refieren a dicha tradición datan de finales del siglo XVIII.
La celebración comienza en la Iglesia de Santa María, cuando las campanas y cohetes anuncian la salida de la procesión. El paso de la Virgen cubierta con un manto negro sale de la puerta, y acompañada por cofrades y fieles, se dirige a una Plaza del Coso llena de curiosos, donde dos torres unidas por cuerdas, sujetan una esfera de la que al abrirse, emerge un ángel, representado por un niño del pueblo. La Virgen de luto se sitúa debajo del ángel y mediante unas poleas desciende sobre la cabeza de la Virgen.
Este año el elegido para protagonizar La Bajada del Ángel es Leyre Huerga, de 9 años. La Ángel-niña viste con hábito blanco y sujetando dos palomas, desciende hacia la Virgen, suelta las palomas; cuando llega a la altura de la Virgen, le quita el velo símbolo de luto y asciende de nuevo a los cielos. Los fieles aplauden la Resurrección y el “niño ángel” comienza un pataleo de júbilo.
La procesión continúa después hasta la iglesia Parroquial de San Miguel de Reoyo, donde se realiza el Encuentro entre La Madre y su hijo resucitado.
La Bajada del Ángel está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y es una razón más para desplazarse y descubrir uno de los municipios más bellos y tradicionales de nuestra provincia. Y para acabar dignamente, si el tiempo lo permite, la Semana Santa castellana.
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