Daniel González
18 de abr de 20131 min.
Actualizado: 21 de jul de 2023
Pero además de su patrimonio, destaca “La Olma”, como la llaman los cogezanos. La historia del árbol que enfermó tiempo atrás y que en su ya marchitado tronco guarda un gran número de recuerdos. Pese a que ya está muerto, sigue transmitiendo la esencia de lo que es la vida rural: “un montón de historias ya muertas”. Historias que se pueden recuperar, árbol que todavía se puede nutrir con más recuerdos. La vida puede continuar y sin duda Cogeces de Íscar ofrece fuera de gustos, todo lo que nosotros añoramos y deseamos: paz y vida.